Un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos reveló, el pasado 30 de noviembre, la actividad terrorista en Colombia y Venezuela. El documento señala al ELN como el grupo terrorista líder de la región, desplazando con creces a las Farc. Su presencia se ha expandido significativamente en Venezuela, operando en al menos 40 municipios y ocho estados, lo que plantea un riesgo para la estabilidad en la región, y se suma a la persistente presencia de la ‘Segunda Marquetalia’ y las Farc-EP, que continúan representando una amenaza latente en Colombia.
El documento destaca que, a lo largo de 2022, estos grupos terroristas perpetraron numerosos actos violentos, incluyendo atentados con bombas, violencia contra la población civil, secuestros y ataques contra instalaciones militares y policiales. El Ministerio de Defensa de Colombia registró un alarmante aumento del 131% en actos terroristas en comparación con el año anterior.
Los desafíos en materia de seguridad persisten, y el informe señala a la corrupción, la debilidad de las entidades gubernamentales y la falta de cooperación interinstitucional como obstáculos clave para mejorar la situación. La paz y la estabilidad en la región son esquivas.
En el caso específico de Venezuela, el informe resalta la participación del régimen de Maduro en actividades criminales, incluida la colaboración con grupos terroristas como el ELN, las Farc-EP y la ‘Segunda Marquetalia’. La usurpación del sistema judicial y los vínculos con servicios militares y de seguridad facilitan la corrupción y otros fines ilícitos.
La conclusión del informe subraya que el régimen venezolano ha permitido que el ELN opere en numerosos municipios, estableciendo vínculos financieros con elementos del Estado venezolano. La relación simbiótica entre el ELN y funcionarios militares y de seguridad facilita actividades ilícitas, incluyendo el tráfico de drogas y personas. Este crecimiento del ELN, tras la desmovilización de las Farc en 2017, representa un desafío significativo para la seguridad en la región.
En suma, la situación planteada en el escrito destaca la necesidad imperante de abordar de manera efectiva la corrupción, fortalecer las instituciones gubernamentales y promover una cooperación más robusta para contrarrestar la amenaza persistente del terrorismo en América Latina.