El secuestro del padre del delantero del Liverpool y ex ficha del Junior de Barranquilla, Luis Diaz, conmociona a Colombia y plantea más cuestionamientos sobre la seguridad del país y la viabilidad de la llamada Paz Total.
Como si de los años 90 se tratara, las noticias en Colombia parecen atravesar un portal del tiempo hacia el pasado, donde nuevamente son protagonistas las pescas milagrosas en las carreteras, las tomas guerrilleras de los pueblos, e incluso volvimos a ver a los bandidos y cabecillas de grupos armados caminando altivos por sus campamentos con armamento de punta, uniformados con insignias; un panorama inimaginable que apartado de cualquier ideología, hace retorcer en sus escritorios a cualquier ex mandatario del país.
Esta situación tan lamentable e inimaginable, es sin duda cortesía de Gustavo Petro y su delirium tremens de libertador. A propósito, solo le faltó llegar en caballo blanco a su acto de posesión, donde hubo hasta espada de Bolívar. Petro se ha mostrado soñador de una Paz Total inviable y las alertas de esta propuesta ya le están pasando factura.
Entremos en materia. Desde el anuncio del secuestro del padre de Lucho Díaz, la situación en vez de mejorar ha empeorado. El gobierno Petro ha dado muestras de debilidad y, tristemente, no hay señales del paradero del Mane Díaz, a pesar del anuncio de un plan de liberación por parte del grupo terrorista. Después de toda una semana de titulares, queda en el aire la sensación de que el objetivo de este secuestro responde a un show mediático, que empieza a salir mal.
Hay que resaltar, además, que los cabecillas del ELN han desmentido, desde hace meses, las declaraciones de Petro, lo que prueba que el Presidente les dice una cosa a los guerrilleros; y otra diferente a la prensa. Como de costumbre, cuando anunciaron el secuestro, versiones oficiales del Palacio de Nariño mencionaron que el grupo armado tenía al padre del jugador; pero inmediatamente los cabecillas acapararon los titulares de todo el país con una afirmación contraría. Sin duda es una vergüenza.
Lo más escandaloso de todo el asunto, es que según un informe de la revista Semana, el ELN planeó durante cinco meses este secuestro. Y esto, aparte de otros 15 inocentes que han retenido contra su voluntad y los 13 atentados terroristas que han cometido en lo que va del 2023. Entonces es cuando los colombianos nos preguntamos: ¿Cuál es proceso de negociación?
Un cabecilla calificó de “error” el secuestro del Mane Diaz, y lo justificó afirmando que necesitaban “financiación”. ¡Qué descaro! ¡Qué cinismo! Y qué pesar, que haya sido precisamente el secuestro del padre de un crack del fútbol internacional, el acontecimiento que prendió las alarmas sobre lo que ha estado sucediendo en el país, en el último año largo. Ahora es cuando nos preguntamos, ¿Cuántas personas ha secuestrado la guerrilla colombiana en plenas negociaciones de paz?
Nos duelen todos los secuestros; nos duele la postura de Gustavo Petro, quien parece no haberse dado cuenta que ya es el presidente; nos duele el retroceso del país. En la Fundación Escuela Libertad exigimos la liberación de cada uno de los secuestrados de este, y todos los grupos terroristas de Colombia.
Juan Alberto Oviedo